México y el mundo, en pleno siglo XXI, todavía enfrentan algunos retos del siglo XX, como servicios de salud y educación insufcientes, y algunos otros retos que hasta hace poco no se consideraban en la agenda pública, como la violencia de género, la discriminación racial y étnica, o la demanda por un entorno menos contaminado.
Las personas deben ser el centro de las prioridades de una democracia, por lo que es importante contar con mediciones de desarrollo, crecimiento y bienestar más allá del ingreso. Hace más de 10 años, el Índice de Progreso Social (IPS) nace como una forma de medir el bienestar dentro de una región, un país o una comunidad.Con indicadores medibles y una metodología sólida, el IPS se ha replicado a lo largo de los años en más de 160 territorios a nivel global, y en decenas de países a nivel subnacional, facilitando la medición y comparación del bienestar de las personas en el tiempo y entre demarcaciones.
En México, el IPS a estatal surge de la alianza de México, ¿cómo vamos? (MCV), la iniciativa Social Progress Imperative y la escuela de negocios INCAE en 2019. De esa forma, además de indicadores económicos accesibles sobre el crecimiento de nuestro país, MCV ofrece una medición del progreso social en cada entidad federativa.